Ye Yuan hizo una señal con la mano ligeramente. La Pagoda del Cielo Infinito se convirtió en una pequeña pagoda y volvió a su mano.
Al ver esta escena, los ojos de Yue Xinping revelaron una mirada de codicia.
Los rumores decían que aparte de un artefacto divino de la raza de dragones, Ye Yuan todavía tenía un artefacto cuasi-divino en sus manos, igualmente increíblemente poderoso. Debería ser esta pequeña pagoda.
—¿Ji Qingyun, estás cansado de vivir? ¿Cómo te atreves a provocar a tu Abuelo Yue? —Yue Xinping dijo con la cara negra.
Nunca habría pensado que Ye Yuan se atrevería a aparecer y burlarse tan descaradamente, destrozando directamente su guarida.
—¡Fuiste tú quien me provocó primero! Entrégame la Hierba Fragante del Espíritu Ancestral y el Estambre de la Flor Sagrada Jadegreen, y te librarás de un terrible dolor —dijo Ye Yuan con frialdad.
Yue Xinping se alarmó en su corazón, pero se negó a admitirlo verbalmente y resopló fríamente mientras decía: