En la penumbra de este lugar sin nombre,
donde las sombras se entrelazan en danzas lentas,
te vi, un eco de lo que fuiste,
una figura borrosa entre los velos del olvido.
No dijimos nada, las palabras se perdieron,
desvanecidas en el aire espeso y frío,
pero nuestras miradas, furtivas y distantes,
se encontraron en un reflejo oscuro.
¿Serás tú o soy yo quien ha cruzado?
Este umbral que se disuelve en niebla,
donde la vida y la muerte son una misma,
un suspiro tenue que se apaga al llegar.