Un paseo

Jiang Yongkang alzó la vista y se dio cuenta de que había tres mujeres en el carruaje. Inmediatamente se sintió avergonzado. —Ya están todas aquí. Olvídenlo.

—Tío Jiang, ¿vas al pueblo? —preguntó Shen Sitian.

Jiang Yongkang asintió y sonrió amablemente. —Hace mucho que no vuelvo. Voy a ver a mi nieto con unos champiñones secos para ellos. Los sequé yo mismo —palmeó la bolsa que llevaba encima.

—Entonces súbete. Nosotras también vamos al pueblo —dijeron, pues les habían ayudado la última vez. ¿Acaso estaban dispuestos a no darle siquiera un aventón?

—Esto... no sería buena idea.

—¿Qué pasa? Puedes sentarte afuera con mi abuelo —dijo Tong Shuitao, a quien no le gustó su vacilación.

La Señora Yang también asintió.

Jiang Yongkang les agradeció y subió al carruaje.

—Agárrate fuerte —soltó una risita el padre Tong.