Demasiado conmovedor

—Eh, Tía Fang, ¿qué haces aquí? —Gu Yundong pareció haber descubierto recién a la madre y la hija. Se volvió sorprendida.

—Siempre hemos estado aquí —los ojos de la Señora Fang se contrajeron.

—¿De verdad? Lo siento, no las noté hace un momento —Gu Yundong sonrió dulce y sinceramente.

Sin embargo, la Señora Fang y su hija sintieron que era muy despreciable. Claramente las estaba ignorando a propósito.

Sin embargo, cuando pensó en su motivo para venir hoy, la Señora Fang reprimió la ira en su corazón y esbozó una sonrisa. Dijo cortésmente, —Tus ojos estaban en el Joven Maestro Liu. No es de extrañar que no nos vieras. Por cierto, este es… —echó un vistazo a Gu Dajiang y preguntó.

—¿Tía Fang, eres viuda? ¿No es inapropiado para ti preguntar sobre la identidad de un hombre? —Gu Yundong lo encontró gracioso. ¿Acaso esta mujer no lo había escuchado llamarlo padre hace un momento? Incluso tenía una expresión inocente en su rostro.