Wang Erniu no lo creía. Ella obstinadamente pensaba que la negativa de Chen Xueniang a casarse era un intento de coquetear y ser promiscua. Sin embargo, bajo la amenaza y el soborno de Wang Cuilan, aseguró a Wang Cuilan que nunca volvería a regañar a Chen Xueniang, ni volvería a golpear a Xiaoyan.
Tras tal incidente, tanto Wang Cuilan como Feng Qingxue perdieron todo el sueño.
Justo después de despedir a Wang Erniu y su hija, sonaron cuatro campanadas en secuencia. La madre y la hija levantaron la vista para ver el reloj de pared de madera señalando exactamente las cuatro en punto.
—¡Caramba! —Wang Cuilan, siendo mayor, encontraba difícil dormir si perdía su ventana de sueño —le dijo a Feng Qingxue—. Puedes acostarte un rato en la habitación. Voy a hacer cola para la carne. Cuando regrese, haré carne picada para Xibao. Además, veré si hay algún hígado de cerdo.