—¡Mamá! ¡Mamá! —gritaba Xibao golpeando el agua.
—Ya voy, ya voy, mi pequeño querido.
Feng Qingxue metió la foto en su bolsillo, lista para sacarlo del agua.
Tenía un invitado en casa así que no podía sostener al empapado Xibao más, porque la ropa de verano era delgada, levantarlo mojaría el frente de su ropa, revelando sus curvas, lo cual era indecente.
Pero tuvo una idea, agarró la toalla grande que estaba a su lado que usaba cuando bañaba a Xibao, la envolvió alrededor de la mayoría de su cuerpo, lo sostuvo en sus brazos, y Xibao señaló a Zhao Anbang y felizmente le dijo:
—¡Mamá, Mamá, Papá! ¡Papá! ¡Papá! —Luego puso una cara que buscaba elogio y acercó su rostro a los labios de Feng Qingxue, pensando que su madre debería elogiarlo y besarlo.
—¡Buen chico! —rió a carcajadas Zhao Anbang—. Dime, ¿no estaría enojado tu padre real si me llamas 'Papá' así?
—¿Cómo podría estarlo? —respondió Feng Qingxue—. ¡Hermano Anbang siempre ha sido otro padre para Xibao!