Así que, el siguiente paso de Mo Baichuan fue compensar bien a Li Xianxian, para así provocar a Ni Yang.
El lugar para la fiesta de cumpleaños de Li Tingzhi para Mo Baichuan era un gran restaurante en Pekín.
A las siete de la noche, Mo Baichuan llegó puntualmente bajo el dormitorio de Li Xianxian.
Por su parte, Li Xianxian apareció, luciendo bella y radiante ante Mo Baichuan, sin fingir ignorancia, como si hubiera olvidado el incidente de aquel día.
—Baichuan.
Ver a Li Xianxian en un estado tan magnánimo profundizó la culpa de Mo Baichuan, y él tomó la iniciativa de abrirle la puerta del coche —Siéntate.
—Gracias. —Li Xianxian se inclinó y se sentó.
En poco tiempo, el coche había llegado a la entrada del restaurante.
Pensando que Ni Yang y Mo Qishen probablemente ya estaban allí, Mo Baichuan tomó la iniciativa de enlazar brazos con Li Xianxian y proceder hacia el restaurante.
Li Xianxian miró sus brazos enlazados, una leve curva se formó en la esquina de su boca.