150: ¡Golpes insanos!

Al pensar en la inminente sentencia de prisión de Ni Yang, el corazón de Ji Rou se llenó de exaltación.

El rostro del Sr. Abner se tornó pálido de inmediato. Sus piernas flaquearon y parecía que estaba a punto de colapsar en el suelo. Justo en ese momento, una mano clara agarró su muñeca. —No hay nada de qué preocuparse. Desde un punto de vista médico, su esposa está simplemente en un estado de muerte aparente.

Su voz era suave y sosa, pero estaba teniendo un efecto tranquilizador en él. La temperatura del cuerpo del Sr. Abner finalmente comenzó a subir lentamente.

—¿Muerte aparente? ¡Imposible! ¡Mi esposa está claramente muerta! —argumentó Ji Rou. —Sr. Abner, ¡no escuche sus absurdos!

Ni Yang miró a Ji Rou y sonrió con suficiencia. —Parece que desesperadamente quiere que su esposa muera.

Al escuchar esas palabras, el Sr. Abner frunció ligeramente el ceño, sus ojos llenos de desagrado mientras miraba a Ji Rou.