El campo de entrenamiento se convirtió en el terreno de ejecución.
Para los jugadores excepto el grupo de Meng Chu, es la primera vez que ven monstruos que tenían inteligencia y eran capaces de comunicarse.
Esto les daba escalofríos.
Undra era alguien orgulloso y ni siquiera en estado lamentable, su orgullo como real no permitiría que nadie la menospreciara.
—¿Qué estás mirando? ¿Quieres que te saque los ojos? —dijo amenazador.
—¡En el momento en que muramos mi Tío, Su Señor, El Gran Rey Liche enviará un ejército y cuando llegue el momento, estarás rogando y postrándote por su misericordia! —amenazó con fervor.
—¡Este mundo se convertirá en otro patio de juegos del Planeta Abismal y todos ustedes, débiles alimañas, no serán nada más que esclavos! —exclamó con desprecio.
—¡Todos serán pisoteados bajo nuestros pies, dejados con nada más que desesperación y desesperanza que más bien desearían morir! —gritaba con sádica alegría.
¿Qué Rey Liche? ¿Qué Planeta Abismal?