Capítulo 428: Se difunde la profecía, Xue Ji

—Quema su estudio y encuentra la cámara secreta mientras estés en ello —Lin Qingluo de repente tuvo un destello de inspiración y rió juguetonamente—. Vamos a cobrar un poco de interés.

—De acuerdo.

Pequeño Martín Pescador se conectó con los pensamientos de su ama y comprendió sus intenciones al instante, batiendo sus alitas con alegría.

Esa noche, la residencia de la Segunda Princesa Imperial fue envuelta en llamas, y todos los tesoros acumulados a lo largo de los años en la cámara secreta desaparecieron misteriosamente, casi haciéndola toser sangre de ira.

Los oficiales dentro de la residencia se asustaron por el impactante evento, sus almas temblando de miedo, y no pudieron encontrar paz por días seguidos.

La gente de la Ciudad Capital estaba alborotada con discusiones.

El fuego divino había extinguido las ambiciones de la Segunda Princesa Imperial de hacer un regreso.