—Los hermanos han sido siempre muy vivaces desde pequeños. No discipliné lo suficiente a mi hija mayor, así que ha desarrollado esta personalidad audaz.
—Hermana Liu tiene una personalidad directa, a Qingluo realmente le gusta.
—Lin Qingluo era amable y respondió con una dulce sonrisa.
—Ay, qué hermanita tan adorable con una boca tan dulce. A hermana realmente le gustas.
—Los ojos de la joven se iluminaron, y renunció a su hermano, volviéndose para abrazar a Lin Qingluo en su lugar.
—Lin Qingluo sonrió y dejó que la abrazara completamente.
—¡Hermana!
—El Pequeño Príncipe no estaba contento; ¡todavía estaba escondido en los brazos de su hermana!
—Ahora, estaban apretujados juntos como galletas.
—¡Jajaja!
—La joven miró hacia abajo al pequeño gruñón y no pudo evitar estallar en risas.
—Liu'er, deja de hacer tonterías. Suéltala a Señorita Lin. —dijo la mujer.
—Está bien, está bien, la suelto, la estoy soltando.