—¡Genial!
El entusiasmo del Pequeño Martín Pescador se elevó, su entusiasmo no tenía límites.
—Mañana habrá un buen espectáculo para ver; el Maestro finalmente va a actuar.
**
Palacio Imperial, Pabellón Nieve Serena.
—¡Hermana!
Lin Yixuan se despertó repentinamente de su sueño y se sentó.
—Ay.
Baoya se asustó y lo miró con los ojos muy abiertos y una expresión inquieta.
—Baoya, no pasa nada.
Lin Yixuan se secó el sudor de la frente y acarició a Baoya tranquilizadoramente antes de volver a acostarse.
—Ay.
Baoya se acurrucó y cariñosamente frotó su cabeza contra la frente de Lin Yixuan, sus ojos claramente mostraban preocupación.
—Estoy bien. Solo no le digas a Hermana que no tomé las píldoras calmantes.
Lin Yixuan acarició la cabeza de Baoya, y un brillo apareció en sus ojos:
—Sigamos durmiendo, luego levantémonos temprano e iremos a la Mansión del Duque de Zhen.
—Ay.
Baoya emitió un llanto culpable.