—Los pájaros dicen que está fingiendo enfermedad y que está en el Pabellón Nieve Serena —informó Pequeño Martín Pescador con sinceridad.
—Esperemos y veamos.
Lin Qingluo se frotó la frente con impotencia:
—Veamos qué tipo de juego está jugando, espero que no sea decepcionante.
—De acuerdo, te informaré cuando se desarrolle el drama.
Pequeño Martín Pescador estaba de pie en la viga del Salón de Cultivo Mental, desde arriba, continuaba disfrutando del drama con entusiasmo.
Dentro del Salón de Cultivo Mental, el sonido de una cítara tocada melódicamente resonaba. Cerca de una docena de bailarinas danzaban grácilmente, sus suaves cinturas girando con la melodía.
Los ministros brindaban y bebían, sus copas chocaban.
La Emperatriz y el Emperador estaban sentados hombro a hombro en el salón principal, el lugar más alto en el centro, con las tres princesas imperiales y el Príncipe, sentados a los lados izquierdo y derecho respectivamente.