—Dado que estas telas ya fueron compradas, puedes hacer dos juegos de ropa para Qing'er mientras estés en casa. Han pasado muchos años desde que tuvo ropa nueva —dijo Lin Baiyi mientras miraba la tela en su mano.
La verdad sea dicha, su segunda hija no recibe el mismo trato en casa que su hija mayor, Lin Caihe.
Porque Lin Caihe y Lin Caisang son de la misma edad, ambas tienen ropa nueva hecha para ellas. Sin embargo, la ropa de Caiqing siempre son las que sus dos hermanas mayores ya no usan, así que rara vez ha llevado ropa nueva.
Pero incluso así, Lin Caihe todavía no está satisfecho, ¿qué más puede decir?
—¿En un momento como este, todavía te preocupas por estas pocas yardas de tela? —Yang Lin levantó la cabeza y echó un vistazo a su esposo.
—¿Qué hora es? —Lin Baiyi le contra preguntó.