Mientras pensaba en cómo salir de esta situación, sintió que la presión en su mano se aflojaba. Yah Yuju vio acercarse a Yah Molian, reunió todas sus fuerzas para soltarse de la mano del Jefe del Clan Yah y corrió hacia Yah Molian.
—Hermano Molian, Hermano Molian, apúrate y mata a esa demonia Lin Caisang. Además, solo me perteneces a mí, debes decirles a todos que dejen de hablarte, a quien te hable, debes matar... ¡uh! —exclamó con desesperación.
—Yah Molian, ¿qué intentas hacer? —preguntó el Jefe del Clan Yah conmocionado.
Antes de que Yah Yuju pudiera terminar de hablar, Yah Molian le agarró directamente la garganta y la levantó en el aire.
Se apresuró, tratando de sacar la mano de Yah Molian.
—Molian, Hermano Molian, suelta... suéltame —Yah Yuju notaba que el aire en sus pulmones disminuía, su rostro se enrojecía mientras contenía la respiración y luchaba bajo el agarre de Yah Molian.