—Antes de que Ya Molian pudiera terminar de decir "de acuerdo—, los dos oyeron un gruñido amortiguado desde el patio, seguido por las voces de Zhe Jue y algunos otros.
—¿Qué está pasando?
—Lin Caisang se levantó de su regazo y miró hacia la puerta.
—Vamos a ver —Ya Molian tomó su mano y la guió hacia afuera.
—Para cuando llegaron al patio, Zhe Jue y los otros ya estaban allí, un grupo de hombres rodeando algo en el suelo y murmurando entre ellos.
—¡Caray, es una joven!
—Uno de ellos se agachó para voltear a la persona y, bajo la luz de la luna, vieron a una chica cuyo rostro había amarilleado y cuerpo adelgazado por el hambre.
—¿Por qué una joven entraría en estos bosques profundos? —Zhe Jue no pudo evitar preguntar.
—A estas horas tardías, ¿esta chica tragó la hiel de un leopardo para atreverse a entrar en los bosques profundos? ¿No tenía miedo de ser arrebatada por bestias salvajes?