—Entonces deja que Zhe Jue investigue su identidad —dijo Molian, también estuvo de acuerdo, pensando que era beneficioso para Sang'er tener a alguien a su lado para asistirla. Eso, al menos, le ahorraría mucho tiempo a Sang'er.
—Sí, me ocuparé de ello mañana por la mañana sin falta —respondió Zhe Jue.
—Feng Lvzhi, ¿tienes alguna objeción a servirme? —Lin Caisang ignoró a los varios hombres y se volvió hacia Feng Lvzhi para preguntar.
—Yo...
Feng Lvzhi apenas podía objetar. Temía que si lo hacía, estos hombres la enterrarían viva, y entonces solo podría expresar sus objeciones en el Salón del Rey del Infierno.