—¿Te has vuelto valiente, eh? Parece que las lecciones de estos días no fueron suficientes, ¿aún te atreves a causar problemas en la casa del maestro? —Yun Xiang miró ferozmente a Ya Juxiang, evaluándola de pies a cabeza.
—¿Lo creas o no, podría matarte ahora mismo y hacer bollos de carne humana contigo para alimentar a los tuyos!
—No, no por favor, yo... yo no... no fui.
Ya Juxiang estaba aterrorizada. Después de estos días de disciplina, sabía que Yun Xiang era más aterradora que Yun Mo, capaz de decir y hacer cosas tan crueles.
—Señorita Yun Xiang, por favor cálmese. Juxiang ha reconocido su error, nunca se atreverá a repetirlo. —Madre Ya acababa de salir de la cocina cuando vio a su hija siendo agarrada por Yun Xiang. Corrió apresuradamente, arrodillándose para suplicar por su hija.
—¡Hmph! —Yun Xiang resopló fríamente, lanzando a Ya Juxiang a un lado para mirar a Yun Mo.
—Hermano, en la casa del maestro...