La mañana siguiente, Luo Haotian y Luo Siyuan volvieron al trabajo, y Luo Siyan regresó a la unidad militar. Cuando se iban, Luo Qiao les dio algo de té que había traído del sur, para ayudarles a saldar deudas sociales.
Luo Qiao se acercó a Luo Siyan —Tercer Hermano, ¿podrías ayudarme a encontrar unos cuantos soldados retirados con buen carácter y capacidad? Tengo algunos planes para ellos aquí, pero no hay prisa. Tómate tu tiempo.
Luo Siyan preguntó —¿Para qué los necesitas?
Luo Qiao susurró —Tengo algo de dinero y estoy pensando en pedirle a un amigo que me ayude a ofertar por un terreno en las afueras para iniciar un proyecto de base de flores. Ciudad Capital va a desarrollarse cada vez más, y sin duda necesitará más vegetación. Me gustan las flores y las plantas, así que quiero intentarlo. Pero primero debes mantener esto en secreto para mí. No quiero que la familia se preocupe. No será demasiado tarde decírselo una vez que tenga éxito, y también será una linda sorpresa.