—Tío Sun dejó el teléfono a un lado y corrió hacia afuera gritando:
—Luo Qiao, Luo Qiao, tienes una llamada.
—Luo Qiao regresó con Piedra, quien dijo al entrar:
—Tío Sun, Feliz Año Nuevo.
—Tío Sun sonrió y dijo:
—Feliz Año Nuevo para ti también, Piedra.
—Luo Qiao se acercó para contestar el teléfono:
—Hola, ¿quién habla?
—Al escuchar la voz de Luo Qiao, una sonrisa se formó inconscientemente en el rostro de Lu Yichen:
—Qiaoqiao, soy yo, Yichen.
—¿Dónde estás? ¿Por qué hay tanto ruido?
—No estoy lejos de tu casa. Iré a recogerte. ¿Qué te parece si salimos a divertirnos juntos?
—Pero justo le dije a Piedra que vamos a ver una película. Si no fuera por tu llamada urgente, ya estaría en el autobús.
—Está bien, iré a recogerlos a ti y a Piedra. Iremos al cine juntos.
—Está bien, entonces ven. Caminaré hacia adelante y nos encontraremos en el camino.
Después de despedirse de Tío Sun, continuó caminando hacia adelante con Piedra.