Debido a que estaba ocupada haciendo perfume, algunos de los problemas en el corazón de Daohua habían disminuido.
—El veinte de marzo, la Familia Sun llegó al Pabellón Daohua con sonrisas por doquier, y apenas entró en el patio, dijo a Daohua:
—Yiyi, he oído que estás haciendo eso que llamas, ¿cómo es?, ¿perfume?
—Daohua miró hacia arriba a la Familia Sun, sonrió y preguntó:
—Tía Segunda, ¿por qué estás tan feliz hoy?
—La Familia Sun ajustó su moño y dijo con una sonrisa:
—Hoy, tu Tía Segunda va a salir con tu madre a visitar algunos amigos, y escuché que tenías perfume aquí, así que sin vergüenza vine a pedir algo.
—Daohua no respondió pero dijo con sorpresa:
—¿Salir a visitar? ¿A la casa de quién van, y por qué no he escuchado a Madre mencionarlo? ¿Van también todas las hermanas de la familia?
—La Familia Sun negó con la cabeza y sonrió:
—No, esta vez, no llevaremos a ninguna de ustedes, solo tu madre y yo.
—Daohua estaba aún más sorprendida: