—Capitán, mire, hay una serie de huellas aquí —No muy lejos a lo largo del río, hicieron un descubrimiento. Había rastros de alguien que se había demorado en la orilla del río, junto con una serie de huellas, profundas y superficiales, indicando que la persona tenía dificultades para caminar. Además, el tamaño de las huellas coincidía con el zapato bordado, y lo más importante, las huellas solo llevaban a alejarse de la orilla del río, sin ninguna que mostrara la llegada de la persona. La guardia secreta dedujo que la señora debió haber sido arrastrada a la orilla y al despertar, se movió hacia arriba del banco.