—Solo entonces notaron que la tierra cerca del carruaje estaba manchada de rojo con sangre fresca, mucha de la cual había emanado de dentro del carruaje —dijo Han Yu y Feng Jianling sintieron un presentimiento al presenciar esta escena. Han Yu, sin importarle nada más y sin preocuparse por si pudiera haber peligros ocultos adentro, se acercó de inmediato y levantó la cortina del carruaje.
—La escena que tenían ante ellos era tan sangrienta que les quitaba el aliento. Incluso Han Yu y Feng Jianling, que estaban acostumbrados a tales visiones, sintieron un malestar ante la carnicería. Dentro del carruaje yacían cuatro hombres y una mujer, todos asesinados a muerte con cortes indiscriminados, sus cuerpos arrojados adentro. El carruaje estaba completamente empapado de sangre.