—¿Podemos estar seguros de que la mujer es la Señora? —Han Yu ya no era el hombre tranquilo que solía ser, su voz llena de agitación, deseando poder ir a buscarla de inmediato. Sin embargo, logró suprimir la urgencia en su corazón y pidió detalles.
Ante el estado de Han Yu, el guardia secreto que entregó el mensaje sintió una presión inmensa y se secó el sudor:
—Aún no es seguro, pero su figura es muy similar. El Maestro Feng Shao ya ha enviado gente a investigar. Dado que sabemos que el hombre ha aparecido, el pueblo es solo tan grande y su rostro es desconocido aquí, pronto llegará una noticia.