Mo Yan, quien estaba absorta en dibujar, no se daba cuenta de que alguien le guardaba un profundo resentimiento. No pudo evitar sonreír satisfecha a medida que el objeto que estaba bosquejando tomaba gradualmente forma.
Lo que estaba dibujando no era otro que una sartén de hierro para hacer frutas en forma de panqueque y rollos de huevo. Sin embargo, en esta era, no había gas licuado para combustible, por lo que el diseño de la sartén de hierro era diferente al de su vida anterior, adaptado para quemar carbón en su lugar.
Mirando el extraño dispositivo en el papel, Mo Wu no podía creer que incluso pudiera ser llamado una sartén. Sin embargo, después de escuchar la detallada explicación de Mo Yan sobre su uso, sus ojos se iluminaron de emoción.
—Chica Yan, tu mente es demasiado ingeniosa, inventando una sartén tan práctica. Con esto, las cosas serán mucho más cómodas —dijo.