—Yanyan, recordé que tengo unas prendas que no he lavado, así que me adelantaré. Si necesitas algo, solo ven y llámame —dijo Dani apresurándose a poner una excusa. Sin esperar la respuesta de Mo Yan, salió corriendo en pánico y terminó tropezando con unas enredaderas. Afortunadamente, Mo Yan la estabilizó a tiempo, evitando que cayera al duro suelo.
Viendo a Dani alejarse apresuradamente, Mo Yan pensó que su timidez delante del hombre extraño era la razón y no le dio mucha importancia.
Este pequeño interludio no fue tomado en serio por ninguna de ellas, y continuaron discutiendo los detalles de la bodega.
...
La eficiencia de los subordinados de Yan Junyu no fue en vano; antes de que se pusiera el sol, habían transportado toda la fruta, excepto por unas pocas canastas reservadas para el consumo de la Familia Mo, a Ciudad Jing.
Yan Junyu pasó la tarde jugueteando con Pequeña Flor, pero antes de irse, intentó atraer al tentador Mao Tuan de Mo Yan.