Mo Yan no estaba particularmente interesada en la medicina y tenía que preocuparse por todo tipo de asuntos en casa, lo que le hacía imposible sentarse a aprender habilidades médicas adecuadamente. No quería defraudar las expectativas del Doctor Du, pero tras mucho considerarlo, aún así declinó.
El Doctor Du no insistió, pero aprovechó cualquier oportunidad para enseñarle a Mo Yan algunos principios médicos, aunque ella no pudiera llegar a ser una doctora que curara enfermos y salvara vidas. Al menos en emergencias, estos principios podrían ser útiles, lo que sería bueno para ella y para los que la rodeaban.
Mo Yan asintió seriamente y dijo con una cara tímida —Abuelo Du, usted es quien verdaderamente tiene visión de futuro. Estoy dispuesta a aprender de usted cómo tomar el pulso. ¡Por favor, enséñeme!— Aprender a tomar el pulso significaría que no se encontraría desorientada por tales emergencias en el futuro.