Tras confirmar que el Espacio estaba actualizándose, Mo Yan se arrodilló ante las tabletas ancestrales y esperó pacíficamente. Lo que jamás hubiera imaginado era que esta espera duraría hasta que se había arrodillado durante cuatro horas, y aún así no pudo entrar en el Espacio; un período tan prolongado era algo que nunca antes había experimentado.
La anomalía del Espacio hizo que Mo Yan se sintiera un poco ansiosa. Almorzó distraídamente y luego, con la excusa de recuperar el sueño, regresó al patio, cerró la puerta e intentó entrar en el Espacio.
Pero no importaba lo que hiciera, sencillamente no podía entrar. Afortunadamente, la conexión con el Espacio en su mente se fortalecía. Aunque no sabía exactamente qué había pasado con el Espacio o en qué se había convertido ahora, la sensación que le daba parecía mejorar.