Clavando estacas, colocando marcos, cavando zanjas... Todos trabajaban frenéticamente, y no faltaban los curiosos del pueblo, todos especulando si los vegetales de invernadero de este año tendrían éxito. Si terminaban con pérdidas como el año pasado —ni siquiera recuperando la inversión inicial—, más familias enfrentarían hambruna el próximo año.
Algunos llegaron hasta a maldecir malevolamente para que ocurriera otra tormenta de nieve, esperando que estas familias sufrieran una pérdida total y tuvieran que buscar compensación de la líder de la Familia Mo, manchando la reputación de la Familia Mo para siempre.
Estos rumores llegaron a los oídos de Mo Yan, pero ella simplemente se encogió de hombros con una risa generosa. En vez de gastar su energía en discusiones, prefería usar los resultados para darle una bofetada en la cara a esos habladores —esa era la verdadera diversión.