Y cuando Yang Ruyu vio el rostro de la persona que tenía delante, sus ojos se abrieron de par en par por la sorpresa. —Tí... Tío... ¿Tío? Pero entonces de repente sintió que algo no estaba bien. Su tío había muerto hace cinco o seis años, ¿cómo podría estar aquí? Rápidamente se tapó la boca.
El hombre tendido en la cama era Yang Baiyue, quien se había convertido en Mo Wenjie. Después de haber sido mordido por una serpiente la última vez, su salud había sido precaria. Había consultado a casi todos los médicos del condado, pero ninguno podía curarlo. Tomar medicina aliviaba un poco sus síntomas, pero pronto resurgían, alternando entre ráfagas de frío y calor. Cuando sentía frío, cubrirse con dos edredones no hacía nada y, cuando sentía calor, incluso acostarse en una palangana de hielo le daba la sensación de que todo su cuerpo ardía...