Yang Ruyu lo tenía todo planeado, cómo encontrar una excusa para ponerse en contacto con Fang Tianze; de esa manera, podría obligarlo a que se hiciera responsable. Aunque él no la quisiera, ¿qué importaba? Mientras se casaran y ella se convirtiera en la joven madama del Magistrado del Condado, tendría muchas oportunidades para hacer que se enamorara de ella. Pero…
Justo cuando estaba a punto de lanzarse a los brazos de Fang Tianze, no esperaba que la persona que había estado de pie de repente saliera volando y, como no controló su fuerza, terminó cayéndose al suelo. Su nariz latía de dolor y luego sintió un flujo cálido dirigirse a la zona justo encima de sus labios.
Fang Tianze tampoco reaccionó a tiempo, y para cuando lo hizo, ya se encontraba en el suelo.