—Está bien, lo haré enseguida y lo tendré listo para mañana —asintió Xun Hui con entusiasmo—. Es bastante triste lo de tu Tío Xiaowu... —Ella hizo una pausa y luego murmuró para sí misma:
— Me compraron como esposa. No importa si no son amables conmigo, pero Baixiang es su propio hijo. ¿Cómo podrían también... —No pudo terminar su frase.
—¿Qué hay para sorprenderse? —Sanni frunció los labios—. Sus corazones están sesgados. A quienquiera que obedezca y hable bien, lo intimidan...
Xun Hui frunció el ceño a Sanni.
—¿Dije algo incorrecto? —Sanni miró fijamente de vuelta—. Esa clase de personas no merecen ser bien tratadas. No deberían ser cuidadas ni en vida ni en la muerte...
—Mengmeng... —Xun Hui regañó con voz baja—. Te estás volviendo cada vez más atrevida... Ellos son nuestros mayores...