Lu Qingyi permaneció en su lugar, charlando con Xu Boyan en su teléfono, y no vio a Lu Jiayue acercarse.
—Lu Qingyi.
Lu Jiayue no se contuvo, su voz sonaba directa y extremadamente fría al llamar el nombre de Lu Qingyi.
Lu Qingyi levantó la vista, sus ojos se encontraron con los de Lu Jiayue.
—¿Qué valor tienes para aparecer? —Lu Jiayue habló directa y bruscamente, su voz llena de ira contenida.
Ella culpaba de todo a Lu Qingyi.
—Para presenciar tu debacle —Lu Qingyi habló con indiferencia, su teléfono ahora en el bolsillo, sus palabras casuales tan frías que podrían helar.
Todo su comportamiento parecía totalmente despreocupado.
—Tú... —Lu Jiayue señaló a Lu Qingyi.
Lu Qingyi echó un vistazo a la mano de Lu Jiayue, luego pasó directamente por su lado hacia Yao Meishu.
—Qingyi... —Lu Yao vio a Lu Qingyi llegar y la llamó.
Lu Qingyi no respondió a Lu Yao. Observó a Yao Meishu yaciendo inmóvil dentro de su ataúd.
Tan hermosa, tan serena.