Después de charlar con Zhu Yawen, Lu Qingyi regresó al apartamento. Ya era tarde y las luces del apartamento estaban encendidas.
Al abrir la puerta, Xu Boyan estaba trabajando en el sofá, sus dedos tecleando en el teclado, de vez en cuando mirando hacia la puerta.
—Pequeño, ¿has vuelto? —En el momento en que Xu Boyan vio abrirse la puerta, mostró una sonrisa gentil.
Cuando Lu Qingyi aún no había regresado, él ya había preparado la cena y esperado, sin llamar para apurarla.
Porque Xu Boyan sabía que, una vez Lu Qingyi dijera que volvería, definitivamente lo haría, y si algo sucedía, le daría una llamada o enviaría un mensaje.
—Mmm, ¿has estado esperando mucho? —Lu Qingyi miró la hora y preguntó. Ella debería haber regresado antes si no estuviera charlando con Zhu Yawen.
Es verdad que es un poco descortés haber hecho esperar a Xu Boyan tanto tiempo.
—No, justo terminé de cocinar —Xu Boyan se levantó del sofá, su voz era adorablemente suave.