La boca de Chi Xi se abrió de par en par, su mandíbula estaba a punto de golpear la mesa.
—Santo cielo, ¿un esposo?
—¿Lu Qingyi tiene esposo?
A Chi Xi le resultaba de alguna manera muy extraño oír la palabra esposo salir de la boca de Lu Qingyi.
—¿Tú... estás... casada? —Chi Xi preguntó, tartamudeando incrédulo, sus ojos se salían de shock.
—Lu Qingyi... —Chi Xi lo encontraba misterioso.
Lu Qingyi respondió con calma:
—Sí.
Estar casada no era algo sorprendente.
—¿Cuándo? —Chi Xi logró controlar sus emociones y preguntó lentamente.
—Hace bastante tiempo, en mi vigésimo cumpleaños —Lu Qingyi bostezó, sintiéndose somnolienta después de una comida completa.
—¿En su vigésimo cumpleaños? —Chi Xi estaba demasiado impactado para hablar. Era realmente difícil de imaginar.
—Estoy cansada, necesito una siesta —Lu Qingyi tiró la caja del almuerzo y se fue al salón de descanso—. Bueno, de verdad se sentía somnolienta.