He Chenguang siempre había vivido en el extranjero, y conoció a Lu Qingyi en una conferencia de un antiguo profesor, donde Lu Qingyi desafió audazmente las ideas erróneas del profesor.
El rostro joven, pronunciando palabras de fuerte convicción, cristalinas, y su voz fría.
Entonces llegó a conocer a Lu Qingyi. Más tarde, al verla caer una y otra vez, He Chenguang sentía como si estuviera soñando.
—Mi hermana, ¿es realmente tan increíble? —preguntó Lu Zhizhou, algo incierto.
Sabía que Lu Qingyi era excepcional, pero no esperaba que fuera tan impresionante.
He Chenguang asintió:
—Mmm.
La excelencia de Lu Qingyi era innegable, él mismo lo había presenciado.
Ella era una diseñadora increíble, pero hace mucho que no diseñaba nada. El collar alrededor del cuello de Lu Zhizhou fue diseñado por Lu Qingyi. También había un anillo de diamantes a juego, que todavía no había entregado.