Lu Qingyi se despertó tranquilamente, su habitación estaba comenzando a oscurecerse un poco.
—¿Despertaste? —Xu Boyan había estado sentado a su lado, sus dedos golpeaban rápidamente el teclado. Era evidente que estaba ocupado con el trabajo.
—¿Qué hora es? —Lu Qingyi se frotó los ojos y, medio dormida y con la vista nublada, le preguntó a Xu Boyan.
—Cinco y media —Xu Boyan cerró su portátil y respondió lentamente.
—¿Por qué no me despertaste? —Lu Qingyi se sentó de golpe en la cama y le cuestionó a Xu Boyan.
—Tu papá dijo que te dejará dormir un poco más —Xu Boyan revolvió suavemente el cabello de Lu Qingyi y respondió lentamente.
—En serio —Aunque Lu Qingyi expresaba su impotencia verbalmente, sentía un calor en su corazón. La sensación de ser cuidada era tan buena.