Lu Qingyi estaba demasiado delgada, tan delgada que le dolía mirarla.
—Xu Boyan, siento que voy a ganar mucho peso.
Lu Qingyi tocaba su propio rostro, lamentándose.
Su cara se había vuelto más regordeta, algo que nunca había ocurrido antes.
Muchas personas dicen que después de tener un hijo, ganan peso, y la relación entre marido y mujer incluso puede romperse debido a este problema.
—Es bueno estar un poco más rellena, tener más carne —dijo Xu Boyan.
—¿Cómo va el caso de Ruan Qingyang ahora? —Lu Qingyi cambió de tema.
Lo que más le preocupaba en este momento era este asunto, había dudas por todas partes.
—Tenemos una pista ahora, debería ser muy pronto —Xu Boyan suavemente le acarició la cabeza a Lu Qingyi mientras hablaba.
Aunque la tecnología estuviera avanzada, siempre era muy difícil investigar, especialmente porque encontrar información sobre Ruan Qingyang era originalmente muy difícil.
—Mm, bien —Lu Qingyi asintió.