El lujoso interior del coche, de diseño sobrio, albergaba a tres personas.
Una persona estaba sentada en el asiento del conductor y otra en el del copiloto.
La persona en el asiento trasero descansaba casualmente su mano derecha sobre la ventana, mientras se colocaba los auriculares con la izquierda, conversando con alguien por teléfono, su voz clara y distante —Entendido, Mamá.
El conductor maniobraba cuidadosamente el coche pero de repente notó una figura sentada al lado de la carretera —Eh, ¿por qué esa chica sigue ahí? Las dos camareras acaban de decir que sus padres se fueron.
Diciendo esto, echó un vistazo al espejo retrovisor —Joven amo, esa chica parece bastante lastimosa. ¿Le damos un aventón?
Al escuchar sus palabras, el joven levantó la cabeza y miró al conductor.
La camisa blanca atrapaba el cable de los auriculares, y al inclinar la cabeza, los auriculares a punto de caer se deslizaron hacia el cuello de su nítida camisa blanca.