—No lo vi venir, pero realmente tienes habilidades para atraer a su cliente —dijo Zhong Ying mirando a Sun Feifei.
—Qué lástima, no pude ver la cara de ese adulador retorcida de ira —comentó Ouyang Xiaoyan con un tono de arrepentimiento.
La última vez en el banquete de bodas, fue humillada cuando Zhuang Xueqi le vertió una botella entera de vino tinto encima.
Incapaz de enfrentarse a Zhuang Xueqi, atribuyó todos sus agravios a Shen Mingzhu.
—No te preocupes, esto es solo el principio, arruinaré por completo su fábrica de alimentos y le haré saber que hay personas con las que no debería meterse —dijo Sun Feifei sonriendo.
Zhong Ying y los demás no pudieron evitar sentir curiosidad.
—Sun Feifei, ¿cuál es exactamente tu rencor hacia esa aduladora? ¿Por qué la odias tanto?