—Entonces, ¿estás admitiendo que has difamado y difundido rumores sobre la reputación de alguien? —observó el oficial de policía a la madre de Liang.
—No lo inventé completamente, ella realmente es indecente, quedando embarazada siendo aún tan joven, y ha tenido un aborto... —replicó desafiante la madre de Liang.
—¡No digas ni una palabra más! —dio un golpe firme pero suave en la mesa, reprendiendo severamente el oficial.
—¿Te das cuenta de que esto es la privacidad de alguien? ¡Difundir los asuntos privados de alguien es ilegal! —continuó.
—¿Decir la verdad es ilegal? —estaba incrédula la madre de Liang.
—¿Sabes que en tiempos antiguos había un castigo cruel llamado 'corte de lengua', específicamente para mujeres chismosas como tú que causan problemas y hablan a sus espaldas?
—Hoy en día, es una sociedad gobernada por el estado de derecho, y aunque no existe el castigo de corte de lengua, difundir rumores aún requiere que uno sea legalmente responsable. —le explicó el oficial.