Zhao Yun protegía subconscientemente a su primo, mostrando que ya había caído en la trampa gentil que su madre biológica, He Liyi, había preparado.
Al ver esto, Pei Ziheng no se molestó en gastar más palabras, sabiendo que Zhao Yun de todos modos no escucharía.
—Mañana después de la escuela, llévame a ver a la Tía He. Somos buenos hermanos, y es lo correcto visitar a tu mamá ya que está enferma.
A Zhao Yun le gustó escuchar eso y aceptó felizmente en el acto, recordándole a Pei Ziheng repetidamente que no lo mencionara a Shen Mingzhu.
—Esto también es lo que mi mamá quiere, volvió principalmente por mí y no quiere causar malentendidos.
—Idiota, ¿de qué otra manera se supone que te lave el cerebro?
Pei Ziheng puso los ojos en blanco y formó un juicio preliminar de He Liyi en su mente.
—Es una mujer con planes y algo de inteligencia.
Al día siguiente.