—¡Oye, por qué golpeas a la gente sin motivo! —exclamó Zhao Yun al intervenir.
Al escuchar su voz, Ren Jingshu miró hacia él con asombro durante un momento, luego al siguiente fingió no reconocerlo y bajó la mirada.
—¿Quién eres tú? —examinó la madre de Ren a Zhao Yun con una mirada inquisitiva.
—Yo, yo solo estaba pasando por aquí. ¿No pueden arreglar las cosas hablando? ¿Por qué recurrir a golpear a alguien? —se defendió él.
La madre de Ren no era fácil de engañar. Su mirada se posó en las rosas que Zhao Yun sostenía y luego miró a Ren Jingshu, sonriendo con ironía:
—Vienes por mi hija Jingshu, ¿no es así?
—¿Qué Jingshu, moviendo Jingshu, no la conozco! Solo estoy pasando por aquí. ¡No golpees más a la gente, o llamaré a la policía! —amenazó Zhao Yun antes de darse la vuelta para irse sin darle otra mirada a Ren Jingshu, como si realmente solo fuera un transeúnte.