—Dijiste, mientras no estés enojada, aceptaré cualquier cosa.
Shen Mingzhu lo miró y dijo:
—Estoy planeando irme al extranjero por un tiempo.
Pei Yang se sorprendió.
—¿Qué dijiste?
—Estoy planeando irme al extranjero por un tiempo.
—No esa frase, la de antes.
Shen Mingzhu lo miró pero no respondió.
Pei Yang dijo para sí mismo: «Voy a ayudar a la Tía Ying con la cena. Podemos hablar de lo que sea más tarde».
Shen Mingzhu lo agarró.
—¿Todavía eres un hombre que no cumple su palabra?
Pei Yang dijo con frustración:
—Acordamos que ya no estabas enojada, así que ¿por qué aún quieres irte? ¿Ya no quieres a mí y a este hogar?
—Quiero irme al extranjero a estudiar y recargarme, y de paso, aclarar mi mente. Estos últimos años han sido solo trabajo, familia y los niños. Me he sentido demasiado agobiada y necesito un descanso corto para tener un espacio para mí misma.
Pei Yang presionó sus labios durante un rato antes de hablar.
—¿Entonces cuánto tiempo planeas irte?