Capítulo 257

Al ver que sus dos hijas todavía tenían asuntos oficiales de los que hablar, Su Yang recogió su bolso.

—Ustedes hablen de negocios, entonces. Ya he estado fuera por mucho tiempo; es hora de que vuelva. Cuando estén libres, vengan a comer.

—¿Ah? Mamá, ¿ya te vas? —Wenyan se acercó y tomó del brazo a Su Yang—. ¿No te quedarás a cenar?

—No —explicó Su Yang— Tu hermano mayor ha estado muy ocupado últimamente y no ha venido mucho a casa. Solo han estado tu papá y yo en casa todos los días. Si no regreso, él tendrá que comer solo, lo cual sería bastante triste.

—Entendido —bromeó Wenyan, echando un vistazo a Qin Yulong—. Mamá solo está presumiendo su amor por nosotros desde lejos.

—¡Tú! —Su Yang rió y desordenó el cabello de Wenyan—. Siempre tan dulce para hablar. Bueno, me voy, cuídense, hermanas. No necesitan acompañarme, puedo irme sola.

A pesar de decir eso, las dos aun así acompañaron a Su Yang hasta la salida de la oficina, lo cual la hizo muy feliz.