—¡No puedo descubrir nada! —escuché que esto es un pedido personalizado privado, del tipo que haces con al menos seis meses de anticipación. Seis meses, ah, todo un semestre y ni un soplo de noticia se ha filtrado.
—Claro que sí, para estos pedidos personalizados privados, si las noticias se filtraran y el pez gordo se molestara, por no hablar de violaciones de contrato, la fábrica podría ni siquiera ser capaz de seguir en el negocio.
—Maldita sea, cuanto más hablan de ello, más curiosidad me entra.
—¿Quién lo dirá? Pero la curiosidad es inútil, el mundo de los peces gordos no es algo en lo que nosotros, los peones del internet, podamos entrometernos.
—Hablando de eso, ¿estos peces gordos no tienen amigos? ¿Cómo es que no vemos a nadie más publicando videos o lo que sea en línea?