—Yun Hao inmediatamente le dio al Viejo Zhao algo de agua —Meng Yunhan comenzó rápidamente a frotar puntos en la muñeca del Viejo Zhao, que enseguida se volvieron rojos. Cambió de mano e instruyó a Yun Hao al lado—. Ahao, ve a ver si hay agua hervida tibia y añádele un poco de sal, luego tráela para papá.
—Yun Hao se apresuró a hacer lo que su esposa había instruido.
—Papá, Papá... —Cuando Meng Yunhan vio que el Viejo Zhao finalmente abría los ojos, preguntó rápidamente.
—¿Has vuelto? ¿Qué me pasó? —respondió el Viejo Zhao con voz ronca.
—Puede que tengas insolación —Mientras Meng Yunhan continuaba frotando puntos, ambas muñecas se le pusieron rojas—. ¿Cómo te sientes ahora?
—Abuelo... —El Pequeño Huzi finalmente entró en la habitación, vio al Viejo Zhao acostado en la cama y lo llamó suavemente.
—Me siento mucho mejor ahora.
—Meng Yunhan encendió inmediatamente el ventilador eléctrico.