—El Viejo Zhao estaba completamente asombrado.
—¿Cien mil yuanes? ¿Cuánto dinero es eso? La asignación mensual de Ahao es solo un poco más de sesenta yuanes. Eso es solo un poco más de setecientos yuanes al año. Tomaría más de un siglo devolver tal cantidad. ¿Cómo no va a estar sorprendido?
—Papá, Papá, ¿estás bien? —Meng Yunhan notó que los ojos del Viejo Zhao parecían estar atascados, una clara señal de su shock.
—El Viejo Zhao tardó un rato en digerir lo que acababa de suceder. —Hija mía, ¿por qué gastaste tanto dinero para comprar veinte acres de terreno? ¿Cuál es el rendimiento anual de esta tierra? ¿Por qué gastaría tanto dinero de una sola vez? —El pensamiento hizo que su corazón se acelerara.
—Mamá... —Pequeño Huzi los miraba, sin entender su conversación, pero sintiendo que algo andaba mal con su abuelo. Llamó ansiosamente.
—Papá, es un derecho de uso de cien años. —Meng Yunhan sabía que no debería haberle dicho a su padre; estaba realmente confundida.