Mirando el sinfín de flores en el patio, la expresión de Yang Mengchen era inescrutable, con una sonrisa profunda jugueteando en sus labios.
—Hermana Jin no entendía por qué la Consorte Princesa de la Corona sonreía —Esta noticia ya se ha difundido por toda la Capital, algunos están adivinando en secreto quién está detrás de todo esto, mientras que otros sospechan que este asunto no puede estar separado de la Consorte Princesa de la Corona.
—¡Tonterías! Si la Consorte Princesa de la Corona quisiera matar a Liao Zhiyan, un solo comando bastaría para quitarle la vida, ¡no hay necesidad de métodos tan indirectos! —No solo Hai Tang, sino también Hermana Jin y las demás estaban llenas de una ira incontrolable.
La expresión de Yang Mengchen se mantuvo calma y serena, sus ojos brillando con destellos luminosos de estrellas —No os preocupéis por esos rumores ociosos, Wende se encargará de ello.
No pasó mucho tiempo antes de que Mu Zhu regresara con una expresión grave.