Tan Zhenghong se sentía sofocado, con belleza y calidez en sus brazos, y aun así ella seguía provocándolo, ¿cómo podría no reaccionar?
—Qiao Duo'er movía su mano hacia arriba y hacia abajo; ¡no creía que Tan Zhenghong pudiera resistirse!
No pasó mucho tiempo antes de que la respiración de alguien se volviera errática, y lo que sucedió después ocurrió de manera natural.
—Esposo, regálame una sonrisa —se quejó coquetamente Qiao Duo'er.
Ella era audaz y entusiasta, su pasión ardiente.
La mujer con la osadía de tirar a un hombre al sofá probablemente solo era ella, verdaderamente una experiencia sangrienta, inolvidable y especial.
—Qiao Duo'er colocó su mano en el pecho de Tan Zhenghong —, ¿Todavía estás enojado?
—Tú... —Tan Zhenghong la miró fijamente a Qiao Duo'er.
—Qiao Duo'er parecía inocente —, ¿Por qué me miras así? ¿No estaría bien si solo dijeras que ya no estás enojado?
—Tan Zhenghong dijo, palabra por palabra :
— Ya no estoy enojado.